Deutschlandfunk Kultur
LESART. 26.02.2019
Kim Kindermann
Situaciones y escenas crueles, descritas y dibujadas por dos autoras: Con Mundo cruel se invita a los niños a pensar sobre el bien y el mal. Un libro muy logrado sobre un tema difícil, en opinión de nuestra crítica.
"Probemos con un pellizco muy, muy fuerte. ¿Alguna reacción?", dice la tarjeta, que muestra a un niño atado a una mesa. Los científicos que experimentan son ratas. En otra, un hombre ha sido encerrado en un sótano por unos niños. "¡Ahora te quedas aquí y piensas bien en lo que acabas de hacer!", dicen. Y en otra, una niña se muerde su propio brazo.
Tres escenas, tres tarjetas. Tres de un total de 20. Todas son cuadradas. Por un lado, vemos una situación cruel: una niña mata a unas hormigas, unos leones se comen una cabra, unos padres sirven una sopa hecha de carne de gato, unos niños le tiran del pelo a una niña, un padre sostiene con fuerza bruta a su hijo para ducharlo. Y al dorso de cada tarjeta, vemos preguntas sobre el tema.
¡Fuera las gafas de color de rosa!
La filósofa Ellen Duthie en realidad no ofrece respuestas sobre qué es la crueldad. Pregunta dónde comienza la crueldad, qué pasa con las víctimas y los agresores, y si un acto es menos grave si no dura demasiado.
Paso a paso te invita a analizar la situación. El foco está siempre en la pregunta: ¿Qué encuentras cruel? ¿Has experimentado una situación parecida?
Es exigente. Ellen Duthie no solo les pide a los niños que lidien con este difícil problema, sino que también les dice que existe la crueldad. Así que fuera las gafas de color de rosa. El mundo no solo es bello.
¿Pero hay que preguntar a los niños? Sí, ¡hay que hacerlo! Porque los niños viven en este mundo, con todas sus sombras; los niños ven e incluso experimentan situaciones que no son fáciles. Y cuanto antes aprendan a clasificar las situaciones, a darles un nombre claro y a conocer sus propios sentimientos, antes tratarán de evitar ser crueles. Y aquí, eso ocurre porque se les permite experimentarlo de una manera lúdica.
Intercambio y argumentación sobre la violencia
Pero también porque las tarjetas invitan a comentar. A diferencia del típico libro de lecturas, aquí se establece intercambio y razonamiento. Eso es bueno. El formato también contribuye a esto.
Las tarjetas permiten que varios niños dialoguen sobre diferentes aspectos de la violencia a la vez y razonen entre ellos. Duthie logra que te apetezca hablar de un tema que muchos prefieren evitar.
Las ilustraciones de Daniela Martagón son también todo un acierto. Por un lado, son sencillas, en blanco y negro sobre fondo de color, y recuerdan a los dibujos animados. Por otro lado, juegan con el absurdo como mecanismo de distancia. Como las ratas, que tienen enjaulados a los niños como animales de experimentación. O la niña que se muerde a sí misma, y cuyos enormes dientes afilados parecen más los de un gato, como el que está de pie frente a ella con la piel erizada.
Ilustraciones que no pasan nada por alto
Las ilustraciones en sí no tienen nada de bonito ni de dulce, están claramente centradas en el contenido cruel. Esta sensación se acentúa con los colores fuertes de los fondos: rosa, naranja, azul, verde o amarillo. Actúan como una señal: ¡Atención, esto es importante!
Y, sí, es importante este libro de tarjetas. Que quede claro: debemos tomar en serio a los niños. Podemos y debemos hablar de temas como la crueldad con ellos, filosofar con ellos.
Además, podemos comenzar pronto, tranquilamente: Mundo cruel es ideal para preescolares y niños en edad de primaria. Qué está bien y qué está mal, dónde están los límites y en qué medida pueden ser difíciles de fijar. Nunca es demasiado pronto para empezar a hablar de todo esto.
Ellen Duthie, Daniela Martagón: Mundo cruel
Edición alemana traducida del español por Paula Peretti
Moritz Verlag, Frankfurt / Main 2019
Reseña original en alemán aquí.