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Así sí; así no

Raquel Martínez

Tras conocer la renuncia de Beatriz de Torres a su cargo como Directora artística de Espacio Abierto Quinta de los Molinos, así como sus motivos, desde Wonder Ponder hemos tomado la decisión de no participar en el programa del centro en la próxima temporada con el nuevo ciclo de talleres lúdico-filosóficos para familias que habíamos definido con Beatriz y su equipo.

Tomamos esta decisión para unirnos al mensaje rotundo que lanza Beatriz con su renuncia y como parte de una lucha compartida por unas condiciones mínimas necesarias para desarrollar un tejido cultural profundo y duradero que debe estar en la base de cualquier política cultural que merezca ese nombre.

Desde que abrió sus puertas hace seis años, Espacio Abierto Quinta de los Molinos se ha consolidado como el único espacio de sus características concebido específicamente para el público infantil, adolescente y familiar de Madrid, un proyecto modélico en términos de su diseño, ambición y realidad.

Pero este proyecto que se ha construido y consolidado con tantísimo mimo, tantísimo respeto al público infantil y juvenil y tantísima determinación y ambición no ha sido acompañado como era debido por las instituciones, en este caso el Ayuntamiento de Madrid. Sentimos pena y tristeza, pero también rabia y frustración por evidenciar una vez más lo dificilísimo que resulta desarrollar proyectos culturales con empaque, alcance y profundidad que se sostengan en el tiempo, cuando las estructuras no acaban de acompañar.

Cuando nos llamó Beatriz para formar parte de la primera programación, entendimos lo importante que era que un centro como Espacio Abierto apostara tan decididamente por la filosofía con niños y con familias. Lo sentimos como una oportunidad, claro, pero también como una enorme responsabilidad. Nos resultó extraordinaria (por poco habitual) la apuesta por que esos talleres acabarían llenándose, y el tesón y la paciencia hasta conseguirlo (en los últimos años se agotaban las plazas minutos después de publicarlas pero en los primeros años no siempre fue así). Y la sensación de que no estábamos, por así decirlo, sirviendo de relleno de un contenido de programación cualquiera, sino que realmente había un interés en el espacio y tiempo para reflexionar y preguntar al que invitábamos, tampoco es frecuente encontrársela.

“Así, sí”, pensamos. La filosofía para la infancia no como algo “bonito” y meramente anecdótico, sino como parte integrante del espíritu de un proyecto. Como algo pensado, coherente y con sentido dentro de un todo con muchas otras partes encajadas como un engranaje. Así, sí.

Y este “así, sí”, esa coherencia, solidez, seriedad y alegría creativa, se traslada a nuestra experiencia como usuarias de Espacio Abierto, como espectadoras y participantes de su extraordinaria programación cultural para la infancia y la adolescencia. Una programación modélica para un proyecto modélico que lo que necesitaría, como indica la propia Beatriz en su comunicado, “es ser replicado, y no ignorado, ni olvidado, por parte del Ayuntamiento de Madrid y de sus verdaderos responsables.”

Detrás de cualquier “así, sí”, hay mucha ilusión, mucho trabajo y mucho empeño. Pero, tomando de nuevo prestadas las palabras de Beatriz, “si no se generan las condiciones mínimas para tener un equipo estable suficiente y asegurar una programación continuada y con los niveles de exigencia que [el proyecto] quiere, necesita y merece […] lo responsable y lo coherente con mi forma de concebir, sentir y dirigir esta casa, es no avalar con mi permanencia, ni la inacción, ni las decisiones que perjudican el devenir del centro, y marcharme.”

Después de años de dedicación apasionada, rigurosa, innovadora y cálida, la renuncia de Beatriz resulta tan injusta como característicamente modélica. Desde Wonder Ponder, con admiración y gratitud, no nos queda más que seguir su modelo y decir con ella: “Así, no”.

No basta con llenar de contenidos las programaciones; no basta con abrir centros bonitos. Sin compromiso institucional, sin voluntad política, ningún proyecto modélico es viable. Y no solo nos parece importante decirlo, sino que nos parece importante actuar en consecuencia.

Así, no.

Ellen Duthie y Raquel Martínez Uña

Directoras del proyecto Wonder Ponder